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Lima en bici

Publicado: 2013-03-14

Del Centro de Lima a Surco un ciclista se demora una hora y 36 minutos y quema 512 calorías. En auto propio o taxi tarda una hora y 8 minutos, y en combi –según la hora y el día– agréguele 30 minutos más y no quema nada. Es más, come galletas, papitas y chocolates en el camino. Ustedes hagan las matemáticas y saquen la línea de por qué un creciente número de personas ha decidido montarse en una bici y tomar las calles de Lima. Contra todo pronóstico, desafían al transporte público y retan a las autoridades para crear soluciones eficientes en una ciudad que se les presenta agresiva. Lima Metropolitana tiene 2811,65 km² y solo 108.2 km de ciclovías construidas. Falta, pero vamos por buen camino. Acá un breve acercamiento a la problemática actual y un paneo de por dónde puede montar bici sin morir apachurrado en el intento.

Escribe: Rafael Gutiérrez

Estamos siendo testigos de un cambio, un nuevo tipo de ruedas invade las calles limeñas. El boom del ciclismo en Lima obedece a varias necesidades acumuladas dentro de nuestra rutina urbana: desde temas de salud y ambientalismo hasta los altos precios de gas y usos recreacionales. Sin embargo, por más grande que sea la buena intención que tengan los ciclistas, no hay leyes e infraestructura que los proteja del tráfico. Muchas personas aún no ven a la bicicleta como un medio de transporte seguro, aunque se arriesguen a surcar las calles de Lima con la esperanza de que algún día la capital se convierta en un espacio amable, respetuoso y colaborador.

¿HAY RESPUESTA?

Varias organizaciones han tomado medidas para transformar la cultura vial en Lima e impulsar el ciclismo. En 2010, el Congreso aprobó la Ley Nº 29593 que declara el uso de la bicicleta un “tema de interés nacional”. Desde entonces han aparecido programas como San Borja en Bici. Consiste en el préstamo de bicicletas a los vecinos del distrito. Para acceder, la persona debe registrarse en el módulo de las estaciones o realizar una preinscripción vía web en www.muni-sanborja.gob.pe. Luego de la verificación de sus datos se le entrega un certificado de registro en el sistema. A partir de allí puede usar la bici solo con presentar su DNI. Con el préstamo de 60 bicicletas a casi dos mil usuarios, el programa ha registrado un promedio de 170 préstamos diarios. Desde que este programa se introdujo en marzo del 2012 ya se han hecho más de 34 mil préstamos de bicicletas. Además, el distrito cuenta con más de 10 km de ciclovías.

Miraflores y San Isidro también han empezado a mostrarse interesados en implementar programas similares, pero quizá la mayor muestra de interés venga de parte de la Municipalidad de Lima, la única con un área específicamente dedicada a los ciclistas. La Gerencia de Transporte No Motorizado tiene como objetivo buscar la promoción de la bicicleta como principal medio de transporte, más que como un vehículo meramente recreativo. Está también el Programa Educativo de Movilidad Sostenible Bicicole, que incentiva su uso para movilizarse al colegio. La Municipalidad, mediante la gerencia, presta las bicicletas y brinda capacitación a los maestros, así como parqueaderos a los colegios y material de lectura sobre ciclismo urbano, movilidad sostenible y medio ambiente. Hasta el momento ya van repartidas 190 bicicletas en San Juan de Lurigancho y 110 bicicletas a colegios de Jesús María, Lince, Cercado de Lima y Los Olivos. Este 27 de marzo se planea entregar 130 bicicletas más en Surco.

Otro programa interesante es el Ciclodía, que se enfoca más a la recreación y fomenta el uso de la bici como actividad sana. Cada domingo, los 6 kilómetros de la Av. Arequipa se convierten en una vía exclusiva para cientos de ciclistas. Desde fines de 2012, ya son ocho distritos (Surco, Surquillo, San Isidro, Miraflores, San Borja, Magdalena, Jesús María y Lince) los involucrados. Gracias a un programa de incentivo del Ministerio de Economía y Finanzas promovido por el Ministerio de Salud, se destina una partida especial para los municipios que desean habilitar ciclovías recreativas para el país. La Gerencia da el visto bueno y brinda capacitación.

Paralelamente, hay otras organizaciones independientes que han tomado el asunto bajo sus propias manos. Una de estas es Cicloaxión, dirigida por Octavio Zegarra. “El objetivo es crear una mentalidad ciclista en los ciudadanos para que las bicicletas sean un medio de transporte aceptado. Todavía es considerado raro ir al trabajo, estar en terno o llegar a una boda montando bicicleta. No tiene por qué serlo”, comenta. Además de tener su página web (www.cicloaxion.org) con artículos que incluyen varios tips, desde cómo llegar al trabajo en bicicleta sin sudar hasta cómo organizar un transporte integrado (usando bicicletas plegables que puedes llevar en el bus), Cicloaxión es conocida por su evento Ciclonudista, que ya se ha realizado ocho veces en la ciudad de Lima y reúne alrededor de 600 ciclistas que rondan las calles disfrazados, pintados, semi-desnudos y totalmente desnudos (salvo el casco, por supuesto). Esto se hace para llamar la atención sobre la fragilidad del cuerpo humano de los ciclistas en comparación con los automóviles, que significan el peligro. Según Zegarra, no existen suficientes regulaciones legales o infraestructura que proteja al ciclista en Lima. De hecho, en el Reglamento Nacional de Tránsito solo se menciona a las bicicletas cinco veces. Aparte, no hay reglamentaciones específicas para los conductores de autos con respecto a los ciclistas.

INSEGURIDAD VS SENSACIÓN DE INSEGURIDAD

Según el coordinador de proyectos Juan José Arrué de la Fundación Transitemos, que hace estudios urbanísticos y se está encargando de promover transformaciones en los sistemas de transporte y el espacio público en Lima, la cultura ciclista no va a crecer en la ciudad hasta que no se den varias condiciones. Por ejemplo, es preciso generar seguridad para el ciclista. Se pueden condicionar las vías locales usando rompe-muelles mejor diseñados para controlar la velocidad de los vehículos motorizados y que así tengan mayor cuidado.

“Lima tiene las condiciones geográficas y climáticas ideales para convertirse en una ciudad ciclista. Unido a buenas medidas urbanas que guíen el desarrollo de Lima hacia una ciudad policéntrica con barrios compactos (mediante incentivos para la localización de actividades productivas y disminuyendo los barrios “dormitorio”), la estrategia de la bicicleta puede resultar una forma adicional de proveer alternativas de movilidad para todos los ciudadanos, en especial para aquellos con mayores necesidades económicas. Eso sí, para que el modelo sea exitoso, la bicicleta debe integrarse al resto de medios de transporte (buses, Metropolitano, tren) facilitando las conexiones y otorgando infraestructura adecuada como parqueaderos seguros”, anota Mariana Alegre del observatorio ciudadano Lima Cómo Vamos.

Arrué señala: “Para que la gente se sienta más confiada usando bicicletas, no solo importa que la seguridad objetiva exista, sino que haya percepción subjetiva de seguridad”. Y como dijo Octavio Zegarra de Cicloaxión, “esta transformación en la cultura vial tomará tiempo y dedicación. Mientras tanto, vemos que el interés en mejorar las condiciones para ciclistas se incrementa”. El movimiento continúa. Las ruedas no dejan de girar y cada vez se unen más: hay programas y eventos de ciclismo, aparte de parques, supermercados y restaurantes que ofrecen estacionamientos para bicicletas (¿recuerdan que antes las teníamos que encadenar a un poste?). Estas pequeñas transformaciones son las que se irán volviendo importantes con el tiempo y obligarán a que Lima no sea una ciudad solo para autos, sino para todos.


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Revista Vela Verde

Una revista sin clase