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Foto: Piko Tamashiro

Nesio: "Soy el primero de mi clase"

Publicado: 2013-05-03

Tiene 28 años y hace grafitis desde los 13. Cuando Nesio habla se siente el sonido de la calle, del barrio. Y es que este artista integral, como se define, hijo de un militar y un ama de casa, ha logrado sobrevivir a los barrios más duros, ha sorteado la droga y la delincuencia con terquedad, y ha construido un mundo suyo. Luego de haber conseguido con La última canción, más de medio millón de visitas en YouTube, se encuentra grabando su próximo disco: Luchar siempre, que incluye el tema principal de la próxima miniserie sobre la vida de Maicelo, su amigo de toda la vida.

ENTREVISTA DE: KETTY CADILLO

¿Cómo te defines?

Como un artista integral: pinto cuadros, soy grafitero desde los 13 años, hago música, compongo, canto y desde hace un año estudio, completamente becado, diseño gráfico y dirección de arte en la Toulouse Lautrec.

¿Cómo conseguiste la beca?

Siempre quise estudiar pero por problemas económicos recién puedo hacerlo. Gracias a Álvaro Burto, uno de los dueños del instituto, Lucho Deza, conoció mi trabajo y me dio esta oportunidad. Me subí al tren y ya tengo año y medio. Soy el primero de mi clase. Ahí estamos, dándole.

¿Vives solo?

No, ahora tengo a mi señora y a mi hijo, Eitan Eduardo, que tiene un mes de nacido. También tengo una hija mayor de mi primer compromiso: Luciana Valentina.

¿Cuál es tu nombre verdadero?

Eduardo Gamio Atarama, natural de Chiclayo, pero me trajeron a Lima muy pequeño. Desde entonces he vivido en varios lugares: Surco, Rímac, Breña, Pueblo Libre, El Callao, Chorrillos y ahora en Ventanilla.

¿Cómo llegaste a la música?

Desde pequeño he escrito: primero una especie de diario, después poesía, pero nunca pensé en ser músico o hacer música… quería ser famoso (risas). Me acostumbré a escribir porque mi mamá, cada tarde, después del colegio, me obligaba a copiar cuentos antes de salir a jugar. Es que no ponía tildes, comas, puntos, ahora tampoco lo hago. Cuando me cansé de transcribir, comencé con mis propias historias.

Estudiaste en un colegio militar.

Sí, en el Manuel Polo Jiménez en Surco, colegio de la FAP, pero nunca me gustó la parte militar. Siempre fui rebelde, hice lo que quise, nunca seguí reglas. Tenía buenas notas, soy metódico y disciplinado, aunque no lo crean, eso me enseñó mi padre, y también a lograr lo que quiero, cueste lo que cueste.

¿A qué edad comenzaste a vivir solo?

A los 17. Mis padres se separaron cuando tenía 10 años y viví un tiempo con cada uno. Eso me ayudó a conocer mucha gente y distintos barrios, porque se mudaban constantemente. Aprendí que los jóvenes no son iguales en todos lados, vi diferentes realidades. Me fui porque me gustaba hacer música y mi papá esperaba un hijo militar o un doctor, yo quería ser artista. Entonces decidí hacer mi vida.

¿Artista?

Bueno, sí, cuando comencé a escribir y a pintar no conocía lo que era el hip hop, ni la música urbana, pero empecé con ese impulso, sin saber dónde iba. Incluso ahora, si me preguntas mi rumbo, no sabría decirte. Creo que con los años me he formado como artista en la parte de la composición y la música. He pintado para mucha gente famosa como Maicelo, Kina, Paolo Guerrero, Tego Calderón, 50 Cent. He tenido roce con muchos artistas, he ido de gira con Tego Calderón, he cantado en la misma tarima que Willy Colón. Me han pasado cosas increíbles que nunca pensé.

¿Y Cartel Callao?

Ya no estoy con ellos, me salí y ahora toco solo. Eso me ha dado la oportunidad de trabajar más fusión con bandas como Laguna Pai. Creo que uno no debe encasillarse porque te vuelves un artista limitado. Hay que convertir lo que uno hace en un producto, porque si no, no puedes llevar pan a tu casa. Pienso que un artista debe acomodarse a los tiempos e innovar siempre.

¿Por qué te fuiste de Cartel Callao?

Porque los tiempos cambian y uno madura. Tengo una guerra con uno de ellos pero no quiero generar morbo. Me han dado de comer durante mucho tiempo. Como Nesio, ahora toco más que nunca. Puedo cantar en un asentamiento humano, en una obra para niños o en el sur, en un lugar exclusivo, para otro tipo de gente.

¿Cómo vive un chico solo a los 17 años?

Me mudé a un cuarto… comencé a hacer cosas que no debía, pero creo que es lo que me tocaba vivir. No quisiera que mis hijos pasen por eso… hice muchas cosas, no porque quería sino porque las tuve que hacer.

¿Como qué cosas?

Ahí… sus cositas… las que todo joven hace cuando se cría en el barrio. Me ganaba la vida como podía, trabajando en lo que sea para pagar mi cuarto y seguir haciendo música. También comencé a vender ropa, juntaba dinero y me iba a Chile y traía ropa de contrabando. Aprendí sobre eso en un viaje a Tacna.

¿Fuiste a cantar?

Sí, me invitaron a un evento que se llamaba Tacna Break hace nueve años, ahí hice conciertos y pinté grafitis. Conocí a Pome, un artista de Arica, y me invitó. En Arica e Iquique el circuito de hip hop es fuerte y me hice conocido. Antes de volver vi cómo pasaban contrabando, aprendí y empecé a traer ropa y aquí la vendía a cinco o seis veces más. Eso me generó un ingreso para poder solventar la música. Me fue bien, incluso llegué a tener una tienda en Las Malvinas durante tres años.

¿Cuántos años tenías?

Tenía 20… luego, a medida que me fui metiendo más en la música, tuve que dejarlo.

NESIO, EL CONTRERAS

En el hip hop hay mucha adrenalina y riesgo, sobre todo en el grafiti.

Depende, porque hay grafiti legal e ilegal. He pintado en la Vía Expresa, en la Panamericana. También he firmado encima de vidrio con ácido. Cuando eres chiquillo te gusta la adrenalina, pero hace como 10 años que no salgo a la calle a pintar de esa manera.

¿Qué cosas has hecho para conseguir pintura?

Limpiar carros para conseguir plata y comprar una lata de spray, porque cuando era chico las pinturas eran caras y no tenía. También me metía a tiendas importantes y robaba… como travesura de chiquillo, no como ladrón. Con mis amigos nos forrábamos en pintura. También hacíamos rifas. No teníamos quién me compre las pinturas, nadie estaba de acuerdo con que yo pinte, lo veían como vandalismo.

¿No te atraparon?

Sí, y mi padre me dio una tanda. Una vez también me pillaron pintando paredes en una calle y me metieron preso. Eso volvió a pasar unas dos o tres veces más.

¿Quién te sacaba de la cárcel?

Llamábamos a la mamá de un amigo. Si lo hacía mi papá, no sé qué me hubiera hecho, es súper recto, del tipo de persona que si se encuentra una billetera llena de plata en el piso te la devuelve sin abrirla. Es una de las cosas que aprendí: o haces bien las cosas o no las haces. Era muy travieso, me rebelaba mucho.

¿Ante qué te rebelabas?

Ante el sistema, ante la creencia de que el artista de hip hop es un vándalo. Ante el serenazgo que pasaba, te veía pintando y te quería quitar las latas, ante todos los problemas de un joven a esa edad, ante un mundo limitado. Siempre fui autoritario, siempre hice lo que quería, a mi modo. Por eso me dicen Nesio, porque soy bien contreras.

SOBREVIVIENTE

¿Cuándo nace Nesio?

Tendría como 14 años y se me dio por pintar la palabra “keke” en mi barrio en Chorrillos. Creo que era porque cuando salíamos a pintar, como no teníamos plata, solo nos alcanzaba para comprar kekes y gaseosa. En ese tiempo el municipio mandaba a borrar todo lo que pintábamos, pero yo al día siguiente, antes de irme al colegio, volvía a  pintar encima, por eso me pusieron Nesio y ya no pude quitarme el nombre.

¿Cómo conoces a Maicelo?

De el Callao. Lo conocí en una fiesta cuando éramos chiquillos. Es un tipo muy dinámico, sencillo, no se cree nada, viene de abajo y es un súper ejemplo de vida para mí. Un buen amigo, una muestra de que quien persevera triunfa.

En el medio en el que te mueves suele haber mucha droga, ¿cómo lo manejas?

He consumido de todo, pero ya no me llama la atención. Nunca me enganché. Ahora solo fumo marihuana de vez en cuando, por ahí antes de un concierto.

Cuando uno escucha un tema tuyo parece que hubieras vivido mucho.

Más que vivir es sentir, porque puedes aprender de experiencias de otras personas y no necesariamente tienes que sufrir, para transmitir. Hay una línea muy delgada entre vivir y sentir porque tienes que tener un poco de las dos cosas y también la criollada, la calle, para poder plasmarla de tal forma que no le guste solo a un público marginal, sino también a gente de un nivel cultural diferente.

¿Te consideras marginal?

Me consideré así durante mucho tiempo porque la música que hacía antes era más de protesta, contestataria. Hoy puedo hacer una canción de amor y no sentirme mal por eso y obtener medio millón de visitas en YouTube.

Crees que si no fuera por la música, tu vida hubiera sido distinta…

Sí. La música de alguna forma me sacó de la calle, de las cosas malas que tiene. Me dio una oportunidad de vida y es lo mismo que transmiten mis canciones, que no necesitas hacer lo malo para salir adelante, no necesitas ser negativo, solamente necesitas creer en ti y luchar, porque el que lucha, gana.

Has vivido mucho tiempo en la zona dura de El Callao…

Hay muchas cosas que te puedo contar pero… no quiero que salgan en la revista… Sí, es duro.

¿Cómo sobreviviste?

Es la ley del más fuerte, pero a veces la fuerza no es de quien pega más sino de quien piensa más. En la cabeza la palabra hace más daño que un puñete o una patada. A mí la música me hizo fuerte, porque con una canción puedes hacer daño.

¿Qué dice tu papá ahora?

De cierta forma está más tranquilo porque estudio y mi mamá dice que está orgullosa. Sí, empecé tarde, porque tengo 28, pero lo estoy haciendo y no le debo nada a nadie.


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Revista Vela Verde

Una revista sin clase